Todos las relaciones implican un dolor implícito, pero son en las relaciones de pareja cuando ese dolor se magnifica y es más intenso. 

Cuando estamos en contacto con nuestro dolor, desarrollamos una serie de estrategias que tienen que ver con aliviar nuestro malestar. Estas estrategias normalmente están orientadas en pedir (exigir) al otro cambios en su conductas, pero ese camino lleva a una serie de dinámicas de reproche, ataques y distanciamiento. 

Pero, ¿qué hacemos y dejamos de hacer para cuidar nuestra relación de pareja?